Los puntos de vista y la teología de la serie  de devocionales no son necesariamente del UEBE. Se pretende reflejar la riqueza y carácter de una  iglesia cuyos miembros proceden de varias denominaciones de Maerica latina, EEUU  y Europa . Para la doctrina y lo que creemos debes consultar la página web de la Unión Bautista. http://uebe.org

Sorprendido por Daniel, un profeta de Dios en el Antiguo Testamento : en La Biblia.

Transcripción del audio:

Bendiciones para todos, en este mes dejémonos sorprender por la palabra de Dios y vamos a orar para que esta reflexión llegue hasta nuestro corazón y no vuelva al Padre vacía, sino que cumpla el propósito para el cual el Padre la está enviando. Espíritu Santo de Dios te ruego que tomes el control de esta enseñanza y que nos ayudes Espíritu Santo a orar como conviene y a que el Padre haga su voluntad en nosotros. Danos sabiduría para escuchar atentamente y para atesorar lo que el Padre quiere hablar a través de esta enseñanza.

Te lo pedimos en el nombre de Cristo Jesús. Amén y Amén. La Biblia está llena de relatos de muchos hombres y mujeres piadosos que son dignos de imitar y una de esas personas es el profeta Daniel, por quien quiero que nos dejemos sorprender en este mes.

Un hombre con características que necesitamos tener en nuestra vida cristiana para obtener el favor y la gracia del Padre Celestial. El nombre de Daniel significa Dios es mi juez y la vida de Daniel así lo demostró, porque su rendición de cuentas era ante Dios y no ante los hombres de poder con los cuales se rodeó. Daniel tuvo preeminencia y poder en su vida.

En el capítulo 1 del libro de Daniel, podemos ver cómo el rey le da órdenes a aspenadas jefes de los eunucos para que trajese de Israel del linaje real de los príncipes, muchachos en quien no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, idóneos para estar en el palacio del rey y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Y señaló el rey ración para cada día de la provisión de la comida del rey y del vino que él bebía. Daniel fue uno de los elegidos para ser parte de este pequeño grupo de elegidos del rey, pero podemos ver que Daniel veía su alimentación como un asunto divino.

En toda la historia que podemos leer en los 12 capítulos de este libro, vemos cómo Dios estaba en el centro de la vida de Daniel. Su primer y más grande fundamento era Dios. Su perspectiva del mundo estaba impregnada de Dios.

Esto lo podemos evidenciar en su manera de comer, en cómo interpretó los sueños del rey, en cómo escribió su libro y en cómo oraba. Al profeta Daniel se le dio poder sobre toda Babilonia, pero a pesar de esto Daniel no olvidó el propósito de su corazón, que era agradar a Dios. Aunque Daniel era un joven, muy joven y estaba en una tierra extraña donde le cambió hasta su nombre, siempre tuvo su mirada puesta en su propósito, agradar a Dios.

A pesar de las presiones que tuvo a lo largo de su historia para adaptarse al lugar donde estaba, Daniel se propuso en su corazón defender la ley de Dios. Propuso en su corazón no contaminarse con lo que el mundo en el cual se encontraba le estaba ofreciendo, porque sabía que eran cosas que se apartaban de la obediencia a Dios. No le importó el costo que podía pagar por desobedecer las órdenes de sus superiores, pero debido a esto Dios le concedió su favor y su gracia ante los ojos de los demás.

El profeta Daniel también fue un hombre de principios. Él se negó a cumplir lo que estaba en contra de la palabra de Dios. Cuando era joven, al negarse a comer la comida del rey, estaba expuesto a que le sentenciaran a muerte.

Y más anciano, rechazó bajo la amenaza de persecución, Daniel rechazó desobedecer las palabras de Dios y acogerse a los decretos de Darío. Así se comporta una verdadera persona de principios. Y aquí mi pregunta es, ¿somos cristianos de principios? Nuestra sociedad tiene una gran necesidad de personas con principios.

Pero tener un propósito y principios no es todo. Daniel también tenía otro elemento de verdad, el éxito. Los oponentes del profeta Daniel no podían encontrar ninguna falta en él, ni siquiera mintiendo.

Daniel fue impecable en lo que respecta a la gestión de sus negocios. Esto es lo que explica el ascenso a puestos de gran responsabilidad de poder. Los cristianos debemos tener la misma pureza que caracterizó al profeta, porque debido a esto fue un hombre confiable, un hombre de conducta correcta, un hombre intachable.

El elemento que probablemente ató a todos estos principios en la vida de Daniel, de tal manera que recibiera bendiciones de Dios y el favor de los hombres, fue la oración. Daniel se caracterizó por tener una relación constante y directa con Dios a través de la oración. Esa fue la clave de su éxito.

Si analizamos la vida de Daniel, nos damos cuenta que su arma más poderosa era la oración. Daniel oraba tres veces al día, demostración de su continua dependencia de Dios. Dio gracias en medio de la persecución, demostración de un corazón agradecido.

Y el hecho de que no había perdido de vista la visión, hacía que en todo momento estuviera agradecido. Las oraciones de Daniel eran una costumbre. Desde los primeros días demostró perseverancia, fidelidad en su servicio a Dios.

Por desobedecer el edicto del rey Darío de arrodillarse ante él y seguir orando al Dios verdadero, Daniel fue arrojado al foso de los leones, pero el mismo rey le pidió al Dios de Daniel que lo rescatara. Y así fue. Al día siguiente Daniel le dijo al rey que Dios había enviado un ángel para cerrar la boca de los leones para que no le hiciesen nada.

Este milagro hizo que el rey Darío diera una ordenanza de que todos sus súbditos adorarán al Dios de Daniel. Y Daniel siguió prosperando en todo el reinado del rey Darío. La integridad de Daniel como un hombre de Dios hizo que ganara el favor de los hombres.

Sin embargo, él se negó a comprometer su fe en Dios, incluso bajo la intimidación de los reyes y los gobernantes. Daniel siempre permaneció firme en su compromiso con Dios. La fortaleza de Daniel radicó en su dedicación a la oración y es una lección para todos nosotros.

No es sólo en los malos momentos, sino que diariamente debemos venir a Dios en oración. Dejémonos pues sorprender este mes por este libro del profeta Daniel, ya que es un ejemplo de obediencia, de integridad, de lealtad, de honestidad, de propósito, de principio y mucho más. Démosle gracias a Dios por este tiempo y pidámosle al Señor que esta palabra quede atesorada en nuestros corazones y que podamos ponerla en práctica en nuestras vidas.

Déjémonos sorprender por el profeta Daniel. Un abrazo y bendiciones para todos.

 

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