Esta pregunta ha desconcertado a mucha gente a lo largo de los siglos. La respuesta bíblica es que el sufrimiento es el resultado del pecado y la desobediencia humana. En el libro de Génesis, la entrada del pecado en el mundo a través de Adán y Eva, trajo consigo la maldición de la muerte y el sufrimiento (Génesis 3:16-19).
Sin embargo, Dios no nos ha abandonado a nuestro destino. Él envió al mundo a Su Hijo, Jesucristo, para redimirnos de nuestros pecados. La Biblia dice que Jesús sufrió y murió en la cruz para redimirnos de nuestros pecados (Isaías 53:5-6; 1 Pedro 2:24).
La Biblia también nos muestra que, en medio del sufrimiento, Dios es amoroso y compasivo. Ell Salmo 34:18 dice que «El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido». En 2 Corintios 1:3-4, se nos dice que Dios es el «Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien nos consuela en toda tribulación para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación».
Además, la Biblia nos promete que, quienes creen y confían en Jesús, tendrán la vida eterna en el cielo, donde no habrá más dolor ni sufrimiento (Juan 3:16; Apocalipsis 21:4). A través de Jesús, podemos experimentar el amor y la bondad de Dios incluso en medio del sufrimiento en este mundo.
En resumen, la Biblia nos enseña que el sufrimiento es el resultado del pecado y la desobediencia humana, pero Dios es amoroso y compasivo, y envió a Jesucristo para redimirnos de nuestros pecados. A pesar del sufrimiento, podemos confiar en que Dios está cerca de nosotros y nos consuela. Y al creer y confiar en Jesús, podemos tener la certeza de la vida eterna en el cielo, donde no habrá más dolor ni sufrimiento.
