¿Cómo se puede resolver este problema? ¡Jesús es el camino! Jesús, por nosotros, fue hecho pecado (2 Corintios 5:21). Él murió por nosotros (Romanos 5:8) y asumió nuestro castigo. Resucitó tres días después demostrando Su triunfo sobre el pecado y la muerte (Romanos 6:4-5). ¿Por qué lo hizo? Dios mismo respondió esa pregunta: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos» (Juan 15:13). Jesús murió para que nosotros pudiéramos vivir. Si tenemos fe en Cristo, confiando que pagó por nuestros pecados con su muerte, todos ellos serán perdonados y lavados. Y así, nuestra hambre espiritual será satisfecha. Se encenderán las luces. Tendremos acceso a una vida plena y conoceremos a nuestro amigo y buen pastor. Seremos conscientes de tener vida después de la muerte: ¡una vida resucitada con Jesús en el cielo por la eternidad!
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16)
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